El Carnaval de Santiago

 

Antes de entrar de lleno en la temática que nos compete, es bueno hacer un preámbulo a nivel general del mismo, si partimos desde el punto de vista etimológico el origen de la palabra CARNAVAL difiere de una fuente a otra, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua se deriva del italiano "carnavale" mientras otros afirman que se deriva de las voces latinas "Carocarnis" que seria algo así como el tiempo que se da adiós a la carne, puesto que el Carnaval precede a la Cuaresma, también se afirma que procede de las voces latinas "Caro" y "Levamen" que significaría acción de quitar "levare" o "Levamen" desahogo de la carne. De estas posibles raíces se derivo primitivamente CARNELEVAMEN, evolucionando posteriormente a CARNELEVAL hasta su designación ultima CARNAVAL, o carnestolendas ( de "caro" carne y "tollere" que se ha de quitar).

Las fiestas de carnaval muy anteriores a nuestra Era Cristiana, son de origen netamente pagano, al igual que otras muchas fiestas y costumbres que se introdujeron al cristianismo, como es el caso de las antiguas fiestas del Imperio Romano BACANALES, SATURNALES Y LUPERCALES que guardaban cierto trasfondo religioso. El carnaval desde sus orígenes tuvo como factor común " la locura humana " expresada entre otras cosas por medio de disfraces y extravagancias, las cuales degeneraron en el desenfreno moral, desorden civil y sarcasmo.

En el caso particular de la península ibérica, como posesión Romana, se celebraban mascaradas, siendo aceptadas tras la caída del Imperio Romano por los Godos y mas luego por los Arabes durante sus casi cinco siglos de dominación. Tras la expulsión de los Moros de España, para ser mas precisos en el ano de 1523, existió una ley emitida por Carlos I y Dona Juana en la que se aprobaba formalmente estas practicas sin lugar a dudas permeadas al Nuevo Mundo durante la colonización española.

En nuestra porción isleña con el correr de los tiempos y no existir por varios siglos eficientes vías y mecanismos de transporte, cuando un viaje de Santiago a Santo Domingo implicaba varios días de transporte a caballo durmiendo a la intemperie víctimas de las inclemencias del tiempo, es evidente que existió un aislamiento que a nuestro entender fue favoreciendo que cada pueblo y región fuera desarrollando pautas típicas y marcadas que les diferenciaban en si de otras regiones a lo que no se escapo el carnaval tan peculiarizado y distinguible dentro de nuestro contexto nacional.

Para finales de s. XIX, en el caso particular de la ciudad de Santiago de los Caballeros, las festividades del carnaval, dentro de esa sociedad romántica y tradicionista, eran celebradas alrededor del Parque Central hoy Duarte, para ser mas precisos en el Restaurante del Hotel Central de Wenceslao Guerrero ( Laito ) con libre entrada, pero debido a los atentados a la estricta moralidad de la época ejercida por grupos de antisociales amparados por la anonimidad del disfraz, se crea la Sociedad Centro de Recreo por iniciativa de los jóvenes Julio Benedicto, Enrique Deschamps y Rafael Tavares, con estricto control de los socios que como era de imaginarse se limitaba a la elite Santiaguesa.

La conformación de este Centro sin lugar produjo una grieta real en la celebración del Carnaval, celebrándose de manera cuasi-independiente el Carnaval Popular gozado por el Pueblo y el Carnaval Social y Clasistas centrado en la elite santiaguera a través de suntuosas manifestaciones reservadas no solo a los socios del Centro de Recreo sino también de otros Clubes y Centros privados que fueron surgiendo posteriormente como es el caso del Club Santiago, Centro Palestino Libanes etc.

Es digno de recordar en los albores del presente siglo, dentro de las celebraciones del Carnaval Social, cabe destacar la de 1908 se eligió como reina a S.M. Ana Rosa Moreno y para 1909 en lo que parecía que se convertiría en una bella practica se eligió a la Srta. Eulogia Pastoriza como S.M. Eulogia I Reina del Carnaval Social dentro de los locales del Centro de Recreo. Tras estas bellas muestras del carnaval social fruto de las continuas guerras intestinas y desorden publico se minimizo por mucho la suntuosidad de los mismos, como era de entenderse.

Pese a lo anteriormente citado, se siguió celebrando el Corso Florido el Martes de Carnaval (dando termio al carnaval) previo al miércoles de Cenizas cuando se iniciaba la Cuaresma. Durante el Corso Florido se desfilaba, en un principio, repetidas veces alrededor del Parque Duarte en bellas carrozas que efectuaban alegremente una "batalla" de confetis, serpentinas y caramelos que para tales fines era vendido a irrisorios precios (cuando no era regalado) por quintales al publico de parte de los comités organizadores del Carnaval.

Sobre el Corso Florido es bueno agregar que tuvo la particularidad de integrar en cierta manera ambos carnavales (social y popular) aunque la generalidad del pueblo lo hacia mas bien en calidad de espectador, por otro lado es nuestro creer que esta costumbre era una copia muy tropicalizada de las celebraciones carnavalescas Europeas en especial del carnaval Italiano y dentro de este el celebrado en la ciudad de Roma, donde se celebraba el Corso en una calle del mismo nombre conservada pulcramente limpia durante todo el ano, pero que durante las celebraciones de Carnaval se realizaban carreras de caballos cubiertos de telares de vivisimos colores y en los últimos días (martes de carnaval) se celebraban batallas entre carrozas con bombones, caramelos, confetis etc.

Adentrándonos en lo que es la rica muestra del Carnaval Popular, mientras las clases altas disfrutaban de su carnaval con vistosos disfraces de influencia netamente europea, en nuestras calles se celebraba de manera espontanea en pleno derroche de sana diversión a través de de sus "macaraos", "lechones", "Roba la Gallina", "Nicolas Denden" etc., sin ninguna pretensión de ostentación, sino la de solamente divertirse amparados bajo la anonimidad de un disfraz, que muchas veces satirizaba las realidades del momento.

Entre esas "comparsas" y "macaraos" se daba con mucha frecuencia el travestismo en la que los hombres se disfrazaban de mujeres y viceversa en un vestuario construido por las ropas mas viejas y ridículas que se pudieren encontrar con maquillaje de baratos elementos como era el caso del azul de "blanquear" ropa, con pintas y matización de rasgos hechos de blanco de España, corcho quemado, rojo "crepé" mojado para pintar los labios, también existiendo la costumbre de confeccionarse lentes o brotados ojos con cascaras de naranja sujetados por tiritas a la cara.

Para 1924, remedando el Carnaval Social, el pueblo elige a la primera Reina del Carnaval Popular, la cual desfilo por la calle del Sol escoltada por lechones.

En cuanto a los lechones, característicos de nuestro carnaval, es una versión santiaguera del "Diablo Cojuelo", el cual según antiguas tradiciones de antaño era un diablillo travieso que se divertía levantando los techos de las casas para observar la vida intima de las personas, cuando no se creían observados. El nombre de diablo, dentro de esa sociedad romántica y tradicionista ya desaparecida, tenia una connotación llena de mitos y tabúes por ello seria muy socorrido que se suavizaran las demoniacas facciones animalizandolas y de paso cambiar el nombre de diablo a lechón.

El traje de los lechones en un inicio era totalmente liso con el rabo de tela enredado a la cadera y pierna adornados con simples tiras de papel de vejiga en muchos y variados colores como único adorno. O sea que los espejos, cascabeles, morcillas y demás etceteras son de muy reciente añadidura dentro de la dinámica evolución del carnaval. En cuanto a las caretas a parte de su tradicional confección de papel a principios de siglo muchas veces se llego a poner verdaderos cuernos de vaca en sus caretas.

En cuanto a los lechones no podemos dejar de citar la eterna rivalidad entre los lechones Joyeros y Pepineros reflejo atávico de la antigua rivalidad existente entre un Santiago dividido en dos Santiago Pueblo Arriba y Santiago Pueblo Abajo con la calle San Luis fungiendo como frontera, poseyendo cada cual su propio parque, iglesia etc. magnificándose esta rivalidad en los aguateros que repartían el agua en burros cuando no existía acueducto (inaugurado 1915), los cuales tenían sus propios distritos de distribución y tomaderos de agua en el Yaque con carácter inviolable so pena de grandes guerras campales, tras existir acueducto y estos desaparecer se polarizo esas rencillas en el carnaval entre los dos mas populosos barrios de pueblo arriba y pueblo abajo, La Joya y los Pepines.

Bien entrado este siglo las carrozas y lechones que confeccionaba el pueblo con su propio peculio, pasan a ser ayudados por el Comercio Local que a cambio de promoción de sus productos financiaba en gran parte los mismos mejorando la calidad de los mismos como es de entenderse. Durante la "Era de Trujillo" los lechones perdieron prácticamente su esencia por las características propias del régimen dictatorial, mientras los centros sociales "calietizados" seguían celebrando el carnaval social.

caído Trujillo, tipificado el lechón por algunas diferencias estructurales en especial la forma de sus cuernos. lisos (pepineros), con muchos cuernitos (Joyeros) a lo que muchos investigadores nunca estuvieron de acuerdo al afirmar que estos coexistían libremente en ambas barriadas. A pesar de todo esto real o no fue quedando como característica que diferenciaba a uno de otro.

Con el correr del tiempo, nuevas barriadas se fueron agregando y sus moradores sintiendo la necesidad de sentirse identificados al no pertenecer ni a uno ni otro sector fueron creando una serie de innovaciones en el disfraz y sobre todo en l careta, como es el caso de los moradores de los Jardines Metropolitanos, La Gallera y Pueblo Nuevo e interesantemente también en la ultima década muere el carácter sexista de los lechones integrándose masivamente feminas al disfrute y engalanamiento de nuestras fiestas.

Para concluir quisiéramos hacer la misma sugerencia hecha por el Arzobispo Adolfo A. Nouel el 25 de Febrero de 1927, y es el de que el carnaval concluya el Martes de Carnaval como le corresponde y no transgredir las primeras semanas de Cuaresma que de por si no les corresponden, al igual que no seguir mezclando nuestra fecha Patria de la Independencia con el clímax del carnaval.

Archivo Histórico de Santiago. © 2006 All rights reserved. Website cortesía de Livio.com .