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carga de importación y exportación y la mayor parte de los viajeros del interior hacia el exterior y viceversa. Pero la cabeza de la Cuesta Blanca era el punto inicial del Camino Real de la Vega y Moca, por donde las comunicaciones terrestres conducían hasta la Capital de la República y las demás Provincias, Comunes, Cantones y lugares intermedios (infra No. 90 y siguientes) de la Cuesta Blanca era el punto inicial del Camino Real de la Vega y Moca, por donde las comunicaciones terrestres conducían hasta la Capital de la República y las demás Provincias, Comunes, Cantones y lugares intermedios (Infra No. 90 y siguientes).

En la cabeza de dicha cuesta se producían taponamientos entre las recuas del transporte de las cosechas y frutos del Mercado y las burricadas de los Aguateros y del barrilage del melao y del aguardiente de los alambiques, que paralizaban y entorpecían el tránsito.

a) Los únicos residentes en la Primera Manzana, eran, por la calle "La Barranca", Los Mercado, (Domingo, maestro albañil y constructor, en la primera casa al pie de la Fortaleza; la familia del mayor Sisóes Cruz, (Sancarleña, de la Capital) al servicio de la guarnición de dicho cuerpo militar; las Herrera, (doña Mamina y sus hijas, en cuyo solar entonces edificado de mampostería, según me refirieron una vez los señores don Agustín Castro y don Juan Gómez, ambos de la Restauración Nacional, existió una casita de maderas improvisada después del incendio de Santiago, donde murió en suma pobreza el prócer del trabucazo del 27 de Febrero, Gral. Ramón Matías Mella por causa de diarreas, (junio de 1863). El Ayuntamiento de Santiago bien podría localizar topográficamente el lugar y colocar sobre el pavimento de la AVENIDA MIRADOR DEL YAQUE una placa de bronce en homenaje a su excelsa memoria. Seguían por aquella misma acera, los Castillo Herrera, (Chucho) y los Boss Colón, (Enrique, periodista, durante algún tiempo asignado a la columna Editorial de EL DIARIO; b) Por "Cuesta Blanca", en la acera Este, estaban los Hernández Bonilla (doña Amelia Vda.), María Budagir, de nacionalidad árabe; los Yunén, (Avelino, el ciego de nacionalidad árabe; y por la acera Oeste, (segunda manzana los Morell-Espaillat, (Viterbo, Son Morell con dos 1, de donde derivan los Batlle Morell; Morel-Morell; Hungría Morell; Rojas Morell; Morell Pérez (Viterbo) todos los demás Morel de Santiago, que son muchos, son Morel con una sola l y de familias diferentes.

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c) Por "La Barranca" en la misma segunda manzana, los Liz Reyes (José y su Fábrica de baúles; entre su larga familia se contaban Ángel Liz y Alexis Liz ambos que serían después hasta que murieron hombres de recio carácter en sus convicciones políticas, irreductibles ante las persecuciones y encarcelamientos.
El primero como presidente de la Junta Central Electoral (1966-1974) dejó inaugurado el Registro Electoral de la República, obra en gran parte suya.

d) Como un atalaya, sobre un elevado montículo en la propia cabeza de la "Cuesta Blanca" y boca del callejón de "Pava" que iba detrás de la calle "La Barranca", estaba la casa de galería y terraza alta de Jacinto Ramírez; y por dicho callejón, estaban los Alambiques de Viterbo Morell y del mismo Jacinto Ramírez, así como las viviendas de la señora Pava, anciana por quien tomó su nombre el callejón; José Dolores Tavares, con una Traba de Gallos y la también ancianita a quien decían "siña Anacleta" de oficio Paragüera.

En ese Callejón edificaron después algunas residencias, determinado número de Comerciantes árabes, entre ellos los Fadul, (Pedro); y en cierta época intermedia, casi al terminar el primer cuarto de siglo, fue también residencia de una señora por quien el callejón tomó el nombre transitorio de "Ubaldina".

21. Don Jacinto Ramírez señera figura en la boca oriental de ese callejón era un personaje extranjero con profundo sentimiento dominicanista, radicado en el país hacia 1840.
Era hijo del matrimonio de Alexander Petain, nacido en París; y Margarita Itier, nacida en Martinica, quienes vivieron en la isla de Puerto Rico, donde nació Jacinto en 1824. Pero por sobre todo, fue el abuelo paterno de ilustre naturalista, educador santiagues, profesor don Ricardo Ramírez. (infra No. 123 a)
Tenían los padres de don Jacinto, una holgada posición y le educaron convenientemente; pero aficionados a la pesca, viajaban en determinadas ocasiones por las costas de otras islas del Caribe alcanzando una vez a la Bahía da Samaná, en donde a Alexander le sorprendió la muerte.
Tenía entonces 16 años cuando quedó huérfano y se radicó primeramente en la población de Samaná; y luego en Santiago, cuando entró en relaciones de negocios con un acomodado comerciante llamado Pepe Morillo.

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En sus actividades de comercio, ambos viajaban con frecuencia entre Samaná y Santiago, hasta cuando debido al deterioro de las relaciones entre los Gobiernos de Haití y Francia, los franceses eran mal vistos por las autoridades del Presidente Boyer, y consideró entonces necesario disimular su ascendencia gala cambiando el nombre francas Petain, por el de Ramírez, muy corriente en la isla de Puerto Rico; y por tanto, al primero que le vino in-mente en un difícil momento.
En lo adelante continuo llamándose Ramírez con cuyo nombre progresó en su negocios y formó familia en Santiago.
Entre sus hijos se contaban Lisandro, padre del profesor Ricardo Ramírez, y Telésforo, de oficio Mecánico, dueño de una Herrería. Tenía Alambiques y era un gran productor de aguardiente. Ya septuagenario fabricó la dicha casa que en su construcción testimoniaba el carácter de una modesta mansión de retiro, plena de aire y de luz, con vista al río y a las campiñas que forman el rico paisaje del lado Sur de la ciudad. Allí pasaba sus días dedicado a la lectura, teniendo entre sus libros un texto de medicina de autor francés, Le Roy o Leroix, del cual extrajo la famosa fórmula de un preparado con el que gano muchísima clientela; el purgente le roi

Parecía preocuparle bastante el misterio de la muerte.
No sólo por la vida del alma, sino también por el descanso de la materia en una morada de Paz construyó su tumba, un panteón en el Cementerio Municipal cuajado de pensamientos y leyendas de carácter místico y religioso, que aludían a la "Mansión de la paz" y a la exclusión de aquel recinto de todas las malas pasiones del corazón humano, a la vez que en vida también se fabricó su propio ataúd, de material de acero.

Pero sucedió que un día, a la mañana siguiente del tiranicidio del Presidente Ulises Hereaux, 26 de julio de 1899, recogido el cadáver en las afueras de Moca por el General Perico Pepín y el Comisario de la Policía de Santiago Juan Bautista Paulino, y trasladado a esta última ciudad a la morada del ex Ministro de su Gabinete don Juan Antonio Lora, alguien apuntó la conveniencia de solicitarle a don Jacinto su ataúd de acero, para el cadáver del presidente. Don Jacinto lo cedió, pero ordenó seguidamente a su hijo Telésforo, el Herrero importar los materiales con que construyó uno nuevo, en cuya etapa estaba en relieve igual número de Estrellas que en la bandera de su patria de nacimiento.
Falleció en 1910.
22.- Don Jacinto tenía varios Alambiques, y como todos los de su época eran del tipo llamado de cabezote.
Estos Alambiques para la destilación del Aguardiente fueron en gran número durante el siglo pasado; y a la mayor cantidad de establecimientos de este género se debió sin duda, la facilidad con que se propagó el incendio de la ciudad, con ocasión de la guerra de la Restauración, debido a la alta combustibilidad del aguardiente.
En la primera década del siglo sólo quedaba una veintena de ellos.


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Estaban constituídos por una caldera, alimentada con leña de nuestros bosques; y un serpentín de condensación de los vapores de mello, bañado por aguas frescas, los vapores de melao se producían en gigantescos pailones de hierro, a veces de más de un metro de diámetro, por casi uno de fondo. En un solarsito en la esquina "Cuesta Blanca" con "Las Rosas" los sucesores de Beltrán, tenían cuatro o seis de estos pailones abandonados por muchos años, y en ellos nos introducíamos jugando "a la escondida" a edad de 6 a 7 años, por lo que se puede deducir su capacidad y tamaño, terminaban los pailones de Alambiques en una especie de sombrero que remataba en un tubo conectado al serpentin de cobre, en la cubeta de agua fresca.
Producían aguardiente de hasta 21 grados, que se bebía rebajado a 18 grados; era también utilizado en la fabricación del ron, (aguardiente y ron eran bebidas diferentes entre la gente del pueblo), y tal era el auge de la industria, que los impuestos fiscales constituían importantes entradas para la Nación.
Nuestros Gobiernos habían hecho diferentes tentativas para controlar la producción y los impuestos, cuya evasión llegó a veces a límites preocupantes para el Fisco. La más avanzada forma de controlar estaba en uso mediante una Agencia Fiscal de Alcoholes.
Cuando en 1916 llegó la ocupación Norteamericana, pronto se cambió por el actual sistema de destilación, de alcohol.
Hacia la primera década los bebedores de aguardiente y sus derivados los rones, padecían y morían de hinchazón, tal vez producidas a causa del permanganato y otras materias químicas que se usaban para destufarlo.
El aguardiente y el ron fueron siempre de escasa aceptación entre la gente bien; y ni aún en la clase media de la población tenían la diaria aceptación general que tienen hoy. Su mayor consumo en los campos era en ocasión de fiestas o de las lidias de gallos, los fines de semana; lo mismo que en la periferia de la ciudad. Jamás fue aceptado el ron en los salones de sociedad ni en el seno de las familias como bebida de reunión social. El ron y su compañera la guitarra se veían para esa época del 1 al 10, con cierta discreción. Una media botella de ron corriente se vendía a razón de 15 centavos. Sus envases procedían de medias botellas vacías de cerveza de malta, muy generalizada. Para los campos, el aguardiente y el ron se expendían por damezanas. Los tragos en las pulperías eran consumidos a razón de tres o cuatro dedos de vaso por 5 centavos y en menos cantidad por 2 centavos, pues precio de una carga de aguardiente (dos barriletes) era de $7.00(de 21 grados, y rebajado a 18 grados, daba un promedio de 155 medias botellas, $ 23.00).
Las industrias mejores producían ron embarricado en toneles, traídos de prestigiosas bodegas de España; preparados esmeradamente, se expendía por litros, y no escaseaba en las cantinas de los Clubes y Restaurantes elegantes, para cierta gente bien que aperitivaba con ellos; pero se consumían mayormente como aperitivos, los brandis y coñaques de Europa. Para fiestas, la cerveza y licores extranjeros y el champagne eran bebidas corrientes de sociedad. Un barril de cerveza de


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120 medias botellas, se expendía por $30 y $35. La cerveza negra Niña venía en canecas o frasco de barro vidriado; y en botellas azules de vidrio; y la blanca, para reuniones y fiestas, en botellas y medias botellas de vidrio incoloro transparente, que algunos incorrectamente llaman vidrio blanco. No estaba generalizada la costumbre de beber en días de semana, salvo el aperitivo para el almuerzo y la cena que usaban los caballeros de la clase acomodada generalmente en los restaurantes elegantes o en loe clubes de Recreo abiertos desde las 5 de la tarde con sus bibliotecas bien frecuentadas; sus salas de billar, juegos de carta y otros para salones.

23.- La Tercera Manzana, en el mismo lado, (acera Sur de la calle "La Barranca"), era toda corrida desde la calle "Comercio" hasta "Los Portales" formando una "T" con la transversal de la 30 de Marzo, justo donde estaban las Sagredo (don Pepe) (infra letra f)

a) Comenzaba en la llamada "Casa Azul" en la indicada esquina de la calle comercio.
Una construcción de paredes altas, de mampostería, pero de una sola planta, con techo romano provisto de azotea; caprichosamente, siempre desde antaño, pintada de azul.

A mediados de la década se estableció en ella un Acueducto parcial (el primero en la ciudad), propiedad de la Empresa Redondo y Pastoriza, que abastecía por tuberías de una y de media pulgadas en dos manzanas, hasta el Mercado Público, a las familias y negocios de la vecindad. En sus dependencias tenía baños públicos de ducha o regaderas, al precio de cuatro centavos (monedita de bastante contenido de plata, equivalente a 20 centavos nacionales, 5 por un peso (clavao), según el sistema monetario de entonces.

Se abastecía el Acueducto por bombas, movidas a vapor con caldera alimentada de leña de nuestros bosques, e instaladas en la playa y la barranca del río en el fondo del solar. Fue una jalonada de progreso, que se tradujo en beneficio para la comunidad; porque facilitó y aumentó las posibilidades para el expendido del agua potable, que anteriormente solo se cargaba por burricadas, desde distancias extremas del río; y que en lo adelante, permitió que proliferara el negocio de las carretas, con sus barricadas de agua; y además permitió que durante las crecidas del río con sus arrastres de lodo, siempre hubiera en los reservoires de este acueducto, bastante agua potable para el expendio a la
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ciudad. Una barricada grande, de agua valía 30 centavos.
b) La Zona mayormente residencial en el lado Sur de esta calle demolido para la construcción de la Av. Mirador del Yaque; comenzaba allí en "La Casa Azul" a la que seguían de Este a Oeste, los Rodríguez, (Victoriano, un dueño de pequeña Tabaquería corpulento, de cara embigotada y ojos grandes y de familia muy querida y laboriosa; las señoritas Muñoz y NUESTRA ESCUELA DE PRIMERAS LETRAS, particular de la Señorita Altagracia y sus hermanas Brígida, María Dolores y Eloisa Muñoz; (infra No. l26-letra a)
Era una casa construída. en el siglo pasado, de paredes delgadas, a una sola hilada de ladrillos que denunciaba un tipo de construcciones del cual solo quedaban algunas en el rincón Suroriental de la ciudad, (Barrio de Los Pepines), reforzadas por estantes de tres por cuatro en madera de caoba u otra, de corazón duro, centenaria, que iban incrustados a cada un metro más o menos en toda la longitud de la pared, como prefiguración de la varilla de hierro de las construcciones de cemento armado que se introduciría después.
Las demás casas en todo el largo de esta calle, acera Sur, eran casi. todas de madera de pino aserrado (también se usaba el tipo de tablas llamado "De la Sierra" por referencia a las que se preparaban en las serranías de San José de Las Matas, Monción y otros lugares de la Cordillera Central, aserradas a mano y que no se vendían a razón de a tanto el pie sino por unidad de cada tabla). Pintadas de colores fuertes, sin estilos ni belleza arquitectónica, de frentes lisos, con puertas y ventanas de dos hojas abriendo hacia la calle, techadas de zinc y la mayor parte sin aleros que cubrieran a los peatones del reverberante Sol ni de la Lluvia; pocas aceras corridas y la mayor parte individualizadas a cada casa algunas más bajas y otras más altas, todas de ladrillos y sin cunetas. El lomo de perro, apisonado y liso a todo el ancho de la calle por donde corrían las aguas de lluvia, en toda su longitud. Así eran muchas otras calles en la ciudad, pero por excepción algunas otras tenían largos tramos de aceras corridas y mejores construcciones (infra No. 83 a 85).


c) Seguían a nuestra Escuela de Primeras Letras, los Reynoso Muñoz, (Etanislao, por muchos años Gobernador del Club Santiago)
Uno de cuyos hijos fue el Profesor Rafael Reynoso Muñoz, de muy vasta cultura; devoto de las Matemáticas, la Filosofía y Ciencias Ocultas, especialmente del estudio de las doctrinas esotéricas y exotéricas profesadas por los Antiguos; fue profesor de la Escuela Normal, de la Escuela Superior de Señoritas y de la Escuela de Bachilleres y graduado en


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ingeniería Civil.
d) Los Vázquez, (Eulogio, condueño de uno de los principales establecimientos de provisiones llamados entonces "pulperías", con su primo Vicente, ambos de nacionalidad española-portorriqueña. Aquellas clases de establecimientos se llamaron después impropiamente colmados. Más correctamente se llaman ahora Mercado o Supermercado.
e) Los Jorge Arias, (Pedro, comerciante en géneros y provisiones)
Los Castellanos Vázquez, (Pancho, Maestro de primera enseñanza y del colegio "San Antonio"), el nonagenario don Javier Castellanos, (tronco de una larga rama de la familia de ese nombre, los Castellanos Viejos). Contaba una tradición oral, que los Castellanos eran propiamente de apellido Rodríguez, pero que como procedían de Castilla la Nueva, España, los vecinos de esta isla de Santo Domingo, les llamaban los Castellanos dando origen a la mayor extensión de este nombre hasta que se borró su verdadero patronímico. Seguían los Suárez Vázquez, progenitores del poeta Suárez Vásquez; los Olmeda, Pedro, cuyo hijo mayor Emilio, fue por muchos años Gobernador del Centro de Recreo.

f) La platería y orfebrería de Laíto Morel y su hijo Vicente; Los Salazar, (José, Sastre); los Saleta Pichardo, (Andrés, comerciante), Los Pichardo, Petitón (Agustín);los Sagredo, (don Pepe, contable de comercio, una de cuyas hijas Ana Matilde, era Profesora de Escuela Pública, y otras se ocupaban de alta costura; (Supra 23)
g) Los Ponce de León Pichardo, (Armando), los Pichardo Valerio, (Rodolfo, tronco de toda la larga familia Pichardo de esa vecindad.
h) Los Saleta Pichardo, (Nicanor); y doña Eladia Vda. Bonilla, en la esquina de los Portales;
24.- En la Cuarta Manzana, entre Los Portales y "San Juan" en la esquina Suroeste estuvieron sucesivamente los Peralta, (Arismendy), padre de varios profesionales; los García Bonnelly, (Juan Antonio, en cuya casa se formó el compositor Juan Fco. García (Pancho); los Balaguer Ricardo, (Joaquín) de cuyo hogar saldría más tarde la brillante figura intelectual del actual Presidente de la República Dr. Joaquín Balaguer Ricardo, Poeta, escritor, abogado, economista y

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diplomático, de larga actuación en la vida pública dominicana. Los Saleta Pichardo, (Julio, agente de Loterías); seguianle los Jiminián; Los Fereiras; los hermanos Hernández (Antonio, Ramón y Aristides)
a) Por detrás de esta cuarta manzana corría la callecita "La Barranquita" donde estaban, desde Los Portales hasta "San Juan", los García, (José Gabriel): El último comandante de armas en la Fortaleza San Luis, de la Segunda República, empañada en 1916.
Los Simó, (Nieves); Los Howellemont, (A, de la Gerencia del Cable Francés; cuyos hijos destacan en varias profesiones liberales; los Paulino, (Capitán Manuel), de la Guardia Republicana; los Stéffani, (Pedro, escultor de imágenes religiosas, padre del deportista Bullo Stéffani; y las reposterías de doña Margot y doña Nanín.
La callecita seguía en proyecto sobre una trocha hasta una cuesta anterior a la calle de "La Barca".
25.- La quinta manzana era también larga y corrida, en el mismo lado (acera Sur de la calle "La Barranca"; a diferencia del otro lado (acera Norte), y llegaba hasta la calle del Asilo, en proyecto, formando una "T"' con la calle "San Antonio". Estaban por allí los Valerio (Zoilo); los Parreño; Los Grullón Rodríguez (Ramón Emilio); los Reyes (Dolores); los Diloné (Eliseo); los López, (Juan María); los Rodríguez, (hijos de Secundina) Los Rodríguez, (Pelao); y otros no bien precisados, hasta el camino de la Barca, entre varios solares yermos y bastantes ranchos de yagua.
a) La yagua abundaba en toda la Joya. Con este nombre ya en desuso se conocía toda la parte baja de la ciudad, comprendida en una depresión mucho más acentuada que hoy, que comenzaba un poco más abajo de la calle "Los Portales"; y que, más suave hacia el Suroeste, adquiría en cambio hacia el Oeste y el Noroeste el carácter de una hondonada; a tanto que entre "Los Portales y la "San Juan", las manzanas comprendidas al Norte, entre "Restauración" e Independencia y parte de la "Santa Ana", sirvieron de basurero de la ciudad, donde descargaban parte de las Carretas del Tren de limpieza hasta avanzada la década. Todavía esos patios de por ahí, deben tener profundas depresiones, en desnivel con algunas de esas calles. (V. diseño 3er. cuartel).


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26.- Pertenecen a la historia

La descripción hasta aquí de las recientemente demolidas manzanas de todo el lado Sur designado Grupo A de la calle "La Barranca" adquiere por el hecho de la demolición verdadero carácter histórico.
La Avenida "Mirador del Yaque" ha cambiado el panorama, convirtiendo en un amplio ventanal que mira hacia las campiñas del Sur y a su bellísimo paisaje de luz y de colores, la antigua estructura de casas antiguas, que ciertamente no estaban ya a ritmo con el avance del progreso en otros sectores de la ciudad.
A estas alturas, ciertamente, repetimos, la calle de La Barranca, tan rica de virtudes cívicas como lo fue en todo tiempo y animada del entusiasmo y del festivo espíritu de sus vecinos, materialmente lucía ya retrasada como en los primeros años del presente siglo.
Ni una sola casa de dos plantas, excepto la que hacia 1908 más o menos, construyó el Dr. Raúl Fonts Sterling en la acera Norte, junto a donde hoy se edificó la sede del Obispado de Santiago, y cuando ya en "La Amargura" había tres; y muchas otras calles menos importantes; también tenían algunas.
Ahora también resulta, que desaparecidas todas aquellas manzanas designadas bajo este GRUPO "A", acera Sur, el lado Norte de la calle "La Barranca" ha venido a ser realmente el límite Sur del Cuarto Cuartel, lo que tiene importancia en lo referente al Catastro y el Censo de la ciudad, no quedando más que las manzanas del siguiente grupo.
27.- GRUPO B.- (del cuarto cuartel Supra 18). Comprendiendo todas las manzanas en el lado Norte de la misma calle de "La Barranca" entre "San Luis" y La Barca, como está actualmente.
28. - Primera Manzana, desde el pie de la Fortaleza, hacia el Oeste:

a) Por la Barranca, Almacenes y Fábrica de Cigarrillos "La Habanera", de Ricardo Solner, a todo el largo de la manzana;

b) Por "Cuesta Blanca"; la misma Fábrica y litografía de la "Habanera", almacenes de C. Sully Bonnelly y de Víctor

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F. Thomén, hasta la esquina de Las Rosas, donde terminaba en una larga pared de mampostería alta, en ruinas, probablemente del incendio de la Restauración, propiedad de la Sucesión de los Valverde y García Valverde;
c) Por "Las Rosas" este mismo solar hasta la esquina "San Luis" donde en el curso de la década fabricaron sus residencias, los Guzmán García, (Pedrito) y los García Valverde, (Manuelico); y
d) Por "San Luis", los hermanos García (Abelardo y Bruno, músicos, pendolistas y creyonistas), cerrando la manzana con la Habanera.

e) Los cigarrillos de "La Habanera" comenzaron a fabricarse a mano. En los primeros años del novecientos todavía la picadura del tabaco y los papelitos (derivados del arroz) para envolverla, se distribuían los sábados en la mañana entre algunas familias de la vecindad y otros puntos de la ciudad que las solicitaban semanalmente; y la labor realizada se devolvía los viernes por la tarde; la envoltura se realizaba con la ayuda de una uña de metal engarzada como un dedal en uno de los dedos de la mano, y con una caja con comportamientos y dispositivos especiales para depósito del material y de la producción. Los cigarrillos se entregaban a granel en el mostrador de la Fábrica, y sus empleados los encajetillaban. Poco después se introdujeron 155 máquinas a vapor.

28.- (bis) Segunda Manzana. Entre las calles "Cuesta Blanca" y "Comercio".

a) Por "La Barranca", los Román Ricardo (Miguel A., Gobernador Civil y Militar de la Provincia y después, Secretario de Estado de lo Interior y Policía en el Gobierno del Gral. Ramón Cáceres; los Victoria Morales, (Eladio, poco después Ministro de Correos y Telégrafos y Presidente de la República durante el año 1912;
Los Morales, (Bernabé, y Taller de alta costura de las señoritas Modesta y Mercedita); y casa de comercio de Bernabé, en la esquina "Comercio".
b) Por la calle "Comercio" La Botica de Fondeur y almacenes de don Teodoro Portilla, (un español de arraigo en la comunidad y uno de los fundadores del cuerpo de Bomberos civiles y otras sociedades progresistas) establecido en la esquina que sucesivamente después de su fallecimiento ocurrido en los tempranos años del 1900, ocuparon los


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comercios de Rafael Calzada, de Ramón Acosta, y en la segunda década Teodoro Virella; Virella y Co. Pedro) y Aureliano Saleta.
c) "Por "Las Rosas", lo más señero (en esta segunda manzana del Grupo B cuarto cuartel) era el amplio solar de "La Emilia" en cuyo fondo había un pabellón ocupado por el cuerpo de Bomberos Civiles y en cuya explanada anterior se hacían ejercicios los viernes en la noche de cada semana, y simulacros de incendio mensualmente.
Tenía una completa batería de tambores y cometas, pitos de alarma y señales de mando, bombas primitivas, como se ven muchas actualmente en la Fire Departament Museum, 104 Duane Street, entre Broadway y Church Street, en la ciudad de New York; consistían en una tina o cisterna con los dispositivos necesarios que sujetaban la bomba expelente, movida por dos brazos, en cuya manipulación entraban tres hombres de cada lado y para accionarla en un movimiento de sube y baja las desmontaban de una cureña que le servía para transportarlas; provistas de mangueras, semejantes o iguales a las modernamente en uso, de abundante y fuerte chorro; brigadas con centenares de cubos pintados de rojo con la inscripción "Cuerpo de Bomberos Civiles", abastecían de agua a las bombas. Brigadas de Hacheros, Pistoneros, escaleras, linternas de gas, portátiles y demás artefactos propios de la extinción de fuegos completaban el equipo. El material humano era excelente. Todo era una elocuente manifestación del espíritu civilista de la ciudad: la Oficialidad, las clases y bomberos prestaban sus servicios voluntaria y gratuitamente, con ardoroso entusiasmo para los ejercicios, las paradas y la lucha en los mayores siniestros. Las familias en caso de incendio abrían sus portales y ponían a disposición de los "cuberos" sus algibes y sus tanques de agua lluvia; las burricadas de los aguateros aún a media noche se ponían en movimiento para cargar agua desde el río; y en esto, mejoró también mucho la situación la instalación del acueducto de Pastoriza y Redondo. En el Cuerpo de Bomberos se hallaban confundidas todas las clases sociales, sin distinción alguna. Tenían vestuario impermeable desde la bota hasta el sombrero, así como refractarios al incendio. El comercio y los particulares contribuían a sus gastos y


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provisión de material. Además, llevaban uniforme azul y cinturones negros. Durante la década fueron Jefes don Carlos Sully Bonnelly, don José Ma. Vila Morel y don David Martínez.
d) Este solar de "La Emilia" sirvió sucesivamente, más tarde, de cochera de Coches de Manuel de Alles, y posteriormente después, de corral para animales de la carga del Mercado. Todo el lado por la "Cuesta Blanca" eran Almacenes.
29.- Tercera manzana (sufriendo una variación con respecto a las anteriores de este Grupo B, debido a la irrupción de la calle "Amargura" entre "Comercio" y "Los Portales" y entre "La Barranca" y "Las Rosas".
a) Por "La Barranca", los Fernández, (don Paco, arquitecto, con taller de ebanistería de muebles de estilo clásico, constructor del Altar Mayor que todavía existe con pocas modificaciones en la Catedral de Santiago Apóstol, y autor él también de la maqueta de dicho altar, conservada por muchos años en el archivo de la iglesia). Contiguos a la dicha ebanistería, unos almacenes de compra de frutos del país; un solar yermo; los Esterlina Abre, (Dr. Raúl Font, los Castellanos, (hijas de Javier, (Luisita y Lola); los Billini, (Enriquillo); los Octenwalder, (Toño), maestro constructor en carpintería); los Morel, (W, Laíto); un solar yermo, donde se construyó una casa de dos pisos, única en toda la calle; los Villanueva, (Brígida); Lola Reyes, Los Benoit, (don José, Pepe); y Colegio de su esposa doña Panchita, donde está ahora la sede del Obispado de Santiago;
b) Por "30 de Marzo"; el mismo colegio y un solar yermo; y en la esquina con "La Amargura" las hermanas Rodríguez, (hijas del primer matrimonio del Lic. Domingo Antonio -el mocho- Honorable Juez de la Corte de Apelación de Santiago; casa después adquirida y ocupada por los Núñez, (Adela);
c) Por "La Amargura", hacia arriba, la casa antes dicha; las Santa María, (dona Eulalia Vda. y el Padre Santa María; los Pepín Ramírez, (José A.); Los Polanco-Fondeur, (Ramón A.); el HOTEL GARIBALDI, de don Luis Schiffino (italiano) en su primer emplazamiento, en una casa de dos plantas; una inválida septuagenaria (Julita); los Octenwalder Morel,


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(Inocencia Viuda); los Morel Cordero, (Aurelio, Lelo, comerciante); un rancho de mucho fondo, residencia temporal del Asilo "Santa Ana" y también de la parroquia Mayor, entonces en reparación de daños causados por el terremoto de diciembre de 1897. (infra No. 126-c)
Allí fuimos bautizados todos los nacidos en la jurisdicción parroquial. Para esa época se hallaba en construcción el actual edificio del Asilo, en "Las Rosas" baja, donde las Hermanas de la Caridad tenían internado para huérfanas y novicias y colegio de enseñanza primaria para niñas, bajo la dirección de Sor Isabel, (La Madre); Sor Inés, Sor Asunción, Sor Pilar y otras de muy grata recordación.
d) Seguianle en la misma calle "La Amargura" hacia arriba las Castellanos, (Mariquita Vda.); los Luna Castellanos y un solar yermo (por donde se escurrió agonizante con una herida en la arteria femoral derecha, para caer sin vida en una cocina hacia el lado de "La Barranca" en un trágico atardecer de las guerras civiles del 1903 al 1904, el General Antonio Bordas, durante un ataque a la Gobernación y al campanario de la Iglesia Mayor, por las tropas de la Fortaleza. Posiblemente, la misma pelea en la que cayó también el bravo Gral. Negrete, entre otros de la élite de guerreros de ese tiempo.
e) El solar fue después fabricado de dos plantas, que inauguró como huésped de Honor de la ciudad de Santiago, Su Señoría Ilustrísima Monseñor Adolfo Alejandro, Arzobispo de Santo Domingo, y Obispo de Metina en su primera visita a la Parroquia después de su consagración. (Metina, como Parios y son nombre antiguos de ciudades del Asia Menor donde los Apóstoles predicaron el Evangelio. La Iglesia los emplea idealmente, para titularizar a Obispos Coadjutores (Meriño, Nouel, Mena, en Santo Domingo).

(Adolfo Alejandro, sin adición de su nombre de familia o apellido Nouel que en aquellos días, tal no era solo el tratamiento oficial de la Iglesia, sino el que también como simpatía general le daba familiarmente la población civil a su Arzobispo Metropolitano, como se decía entonces.
La llegada a Santiago del nuevo Arzobispo que sucedió a Meriño, constituyó un extraordinario acontecimiento que desbordó a la población rural y urbana hacia la cabeza de la Cuesta Blanca (supra No.20
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20) para un solemne recibimiento; mientras repicaban las campanas de todos los templos; se embanderaban las calles del trayecto y se alfombraba el suelo de pétalos de rosas cultivadas en nuestros propios patios. La ciudad estuvo invadida por muchos días, por el campesinado y feligreses de todo el Cibao, como suele verse en un día de Viernes Santo, con motivo de las confirmaciones que en la Iglesia Mayor impartía el arzobispo

f) Con igual entusiasmo fue también recibido el Gral. Ramón Cáceres en su primera visita a Santiago como Presidente de la República; a quien se llevó en una mañana plena de sol entre el ruido de las baterías y con bandas de música hasta una tarima levantada sobre la acera del edificio de una planta de mampostería y azotea que era el local del Club de Damas, en el ángulo Noroeste de la calle "Los Portales" con "Las Rosas" tributándosele el homenaje no solo de Santiago sino de toda la región cibaeña.
g) Seguían por la calle "La Amargura", los Bogaert Román, (Monsieur Luis, por algunos años Ingeniero Municipal (supra 6, bis, letra ñ) súbdito Belga casado con la dama doña Dolores Román de una de las familias más antiguas de Santiago, con quien procreó larga familia. Uno de sus líos, Huberto, se hizo abogado, desempeñó varias magistraturas judiciales en Santiago y otros Distritos Judiciales y se distinguió en la vida pública, de manera que en uno de esos momentos de confusión política que en ocasiones ha confrontado la República, hubo de ser requerido a ocupar provisionalmente la Presidencia de la República, posición que declina apenas amaneció el siguiente día de su instalación.
Los demás hijos de Monsieur Bogaert, como generalmente se le conocía fueron de mucha significación para el fomento agrario del país; habiendo sido educados e instruídos personalmente por él en sus posesiones de La Loma de Jacagua a donde se trasladó con la familia en los tempranos años del siglo, graduándolos de Bachilleres; fomentaron después las fincas arroceras de Mao que con las de Villa Vázquez promovidas por el Secretario de Estado de Agricultura del Gobierno del Presidente Vázquez, don Rafael Espaillat, constituyeron la arrancada del progreso en la producción del cereal que antes se importaba totalmente desde Siam hoy Tailandia. En el país sólo se producía, y era escaso, el arroz de secano, llamado "criollo", excelente para ciertos platos nacionales y mayormente rico en vitaminas.
También en dicha casa de dos plantas estuvo posteriormente el Médico de nacionalidad inglesa Mr. Joseph Eldon, facultativo de mucha fama y numerosa clientela muy querido de una enorme masa de población especialmente campesina. Ejerció la medicina con sujeción a las normas Hipocráticas; preocupándose poco si el enfermo tenía o no para pagar honorarios atendía con el mayor cuidado a las curaciones En los últimos años de su vida ya un anciano fabricó en un largo solar que le seguía al lado arriba de su consultorio una pequeña casa de madera donde estableció Laboratorio y Farmacia a cargo de Monsierur Bremont, francés llegado al país y casado con la dama dominicana


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Estervina Espaillat, con lo cual entre ambos satisfacían las necesidades médicas y farmacéuticas de los pobres. El Ayuntamiento dio e1 nombre "Doctor Eldon" a una calle de la ciudad.


i) Por la calle "Comercio" cerrando la manzana, los almacenes de don Teodoro Gómez (Octogenario soldado de la Restauración Nacional); y los Bonnelly Fondeur (Raúl). En la esquina de Gómez se construyó después el hotel Sevilla de Manuel Antuña

Don Teodoro Gómez (supra No. 11 y) era un símbolo representativo de la vieja generación de los hombres de la Restauración Progenitor, además de Teodorito Gómez, el primer Banquero nativo al inaugurarse loe negocios bancarios de la ciudad; de Juan Bautista Gómez, uno de nuestros pioneros del arte pictórico, y de doña Toña Gómez, modelo de feminidad y generosa bondad en su época.
Contábase, que en los días en que gobernaba el Gral. Buceta, poco antes de estallar la revolución restauradora, la despótica autoridad de ese Gobernador se ensañó contra el joven Gómez, a quien un día ordenó poner en prisión tan solo por no agradarle se encuentro con él, en su habitual paseo por las calles de la ciudad. Algunos meses después el jefe de la Prisión en la Fortaleza, tras una requisa de la cárcel, indagó al General con respecto al prisionero Gómez, de quien no decían nada los registros de presos El General no recordaba acerca de quien se trataba, pero en llevándole a su presencia para la dilucidación del caso, dijo al prisionero Gómez: Ah! es usted? Pues mire, vayase en libertad, y no vuelva a hallarse por donde yo camino!
Para nosotros la figura de don Teodoro con luengas y empatilladas barbas; siempre sentado a las puertas de su almacén en las caniculares horas cercanas al mediodía; cuando se preocupaba, tomándonos de las manos a la salida de la Escuela, para ayudarnos a pasar la entaponada calle, y no vernos cruzar, inocentes entre las recuas del tabaco; es una de las imborrables estampas del Santiago de 1903 al 1905.

29 (bis) Subdivisión de la tercera manzana del Grupo B del Cuarto cuartel
a) Toda la acera Norte de la "Amargura", era de portales de nuestros patios, cuyas casas daban a "Las Rosas".
b) Por "Las Rosas" desde la calle "Comercio" hacia abajo, un largo almacén de tabaco de José Ml. Benedicto que en ocasiones se utilizó en tiempo muerto de la cosecha, como Hospital de Sangre.

Allí con mucha nobleza de sentimiento y generosa, gratuita complacencia, asistían para auxiliar a los heridos en la guerra civil, los


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Doctores Pedro Pablo Dobal; (infra 43) Capitán Báez y Raúl Fonts Sterling. El vecindario se impregnaba de los fuertes y trascendentes olores del ácido fénico, el yodoformo, y demás ingredientes para la asepcia y antisepcia que se usaban en dicho Hospital.
El piso era de ladrillos y se trapeaba diariamente con gas como parte de la asepcia general.
Enyesados de miembros partidos, amputaciones, mechas de gasa introducidas en heridas supurantes desde la manigua, se velan en el centro y en las dos alas del local abarrotadas de heridos y llenas de gemidos y quejas de dolor; y entre las lamentaciones y tristes recuentos de sucesos funerales, por los familiares de las víctimas; discurrían las horas largas de las noches y los días, tras de alguna feroz batalla. Entre tanto salían y entraban ataúdes negros rudimentarios; mientras los curas a su turno también llegaban para dar auxilios cristianos a los moribundos.
Tales eran en nuestro vecindario algunas de las aisladas escenas de la guerra civil.


Seguianle hasta la calle "30 de Marzo", la Barbería de Isaías Pacheco; el Restaurante de Genaro Cantizano; los Barrera Stencott (Diego de la) y su fábrica de gaseosas, (cuyas bebidas de Soda Amarga se expendían en Sifones; y las dulces, en botellas tapadas a base de la presión gaseosa de su contenido; mediante una bolita encerrada en una cámara en el cuello de la botella, que se empujaba hacia abajo para abrirla. Su hijo único, Dieguito, estudió Derecho y ejerció su profesión de Abogado en la ciudad de San Pedro de Macorís donde falleció bastante joven.
c) Más adelante, hacia el Oeste estaba el Consultorio Médico del Dr. Raúl Fonts Sterling y la Botica de José Dolores y Gerardito Ferreras;
Esta Botica sustituyó a otra que algunos años antes perteneció al Dr. Arturo Díaz, de nacionalidad Cubana, destruída por un gran incendio.


El Farmacéutico José Dolores era aficionado al Bombardino instrumento musical con que tocaba después de medio día sus lecciones sin maestro; a cada tres notas parece que no le salía a la cuarta y volvía a empezar; pero al fin, cuando formaba la frase completa y seguía adelante con nuevas notas de la lección a veces nos reivindicaba placenteramente del monótono "fu-fon", de horas y días anteriores. Era buen farmacéutico y caballero muy estimado y querido de todos en el vecindario.


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d) Seguían a la Botica, Los Guzmán Morín, (Pedro, comerciante importador y exportador establecido frente al Mercado (calle comercio donde después estuvieron 108 "Campagna Hermanos" (Aquiles, Aníbal, José, Amadeo, de nacionalidad italiana, casados con dominicanas).


e) Los Batista Curiel, (Manuel Antonio -Mocho- comerciante, donde nacimos y vivimos muchos años.
En este lugar recibieron Máximo Gómez y José Martí cuatro mil dólares para el financiamiento de la Expedición Revolucionaria que acaudillada por ellos partió desde Monte Cristy a libertar a Cuba, en las postrimerías del siglo pasado.
Residía aquí por entonces, en una casa de maderas, también como hoy propiedad secular de la familia Batista, doña Rafaela Viuda Ramírez, amiga de Martí y de muy extensas relaciones entre cubanos y dominicanos, quien los hospedó y relacionó con sus amistades, durante la breve estada en Santiago.
Martí y Gómez vinieron desde Monte Cristy a esta ciudad, con el fin de acortar distancia y rodear de mayor seguridad al mensajero portador de ese dinero que lo era el joven Marcos del Rosario, un valiente joven dominicano de larga familia de Villa Duarte, una común en Santo Domingo al otro lado del Ozama) y que conquistado a la ocasión por el Gral. Gómez, se enroló en dicha Expedici6n y peleó en toda la guerra llegando a ser general y héroe de la Independencia cubana.
Los dineros habían sido colectados en la Capital entre los amigos de la causa de la Revolución, por una comisión de notables que presidía el Dr. Federico Henríquez y Carvajal, "Hermano de Martí" con el patrocinio del Presidente de la República, Gral. Ulises Heureaux.
Conocida es la anécdota según la cual, investido como lo estaba de la primera magistratura del Estado y que por tanto debía actuar cautelosamente para no comprometer a la República, al entregar su aporte en dinero a dicha comisión auspiciada por é1 le dijo:
"Esta es la contribución del General Ulises Heureaux para el financiamiento de la Expedición liberadora de Cuba". "Por favor, señores de la comisión ,"Que no lo sepa el Presidente de la República".
Después del triunfo de la Revolución la familia Ramírez Pavón, uno de cuyos hijos era el valiente Gral. Miguel Angel Ramírez que perdió una pierna en acción de guerra, vivió varios años durante nuestra primera década en la calle "San Juan" ausentándose después definitivamente hacia Cuba. Siempre nos decía que gestionaba en La Habana que Cuba adquiriese el solar donde en alguna forma se materializara el recuerdo del aporte allí recibido por Martí y Gómez para el comienzo inmediato de la guerra independentista de Cuba. Muy romántico, verdad? pero también un valiente guerrero marcado de mutilación y aún no obstante, infatigable en la lucha armada de las revoluciones intestinas y también de aquella más directamente


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emprendidas por la causa de la libertad,

f) Seguianle los Román (Miguel) y los Ricardo Román, (Cristiana, -Nana- Vda. en cuyo hogar se formaron tres jóvenes honestos profesionales del Derecho, la Educación Pública y del Estudio de la Historia como lo fueron Miguel Miche) Leonidas (Gon) y Maximiliano (Maso); el resto de la familia posteriormente se fue para la Habana Cuba, donde ya vivía doña Victoria otro miembro de la familia casada con el Dr. Dobal. Los Vega Hernández, (Nicolás, importador y exportador); los Vega Batlle, (Nicolasito, comerciante); los Pichardo, (Generosa Vda.); un solar que fabricó en el curso de la década, la familia Guzmán Tavares, (Pablito, Pavín) y los Tineo, (Amanda -una casita de zinc y yagua en el centro de una pequeña huerta enverjada con listoncitos de maderas; con árboles de limoncillo, de los más dulces de la ciudad.
g) Allí se edifició en la misma década el local actualmente ocupado por la Sociedad "Amantes de la Luz". Fue primeramente el asiento de una compañía fabricante de cigarrillos "La Bandera", bajo la presidencia de don José Tolentino y la gerencia de Ricardo G. Navas, un Venezolano; más luego fue una sala de Bailes de Máscaras, para mujeres del pueblo, donde en el curso de una fiesta de carnaval se escenificó una noche trágica, con la que concluyó la fiesta; y luego después, un teatro de zarzuelas y comedias de Andrés Cordero visitado por varias compañías españolas y argentina.
30.- En la cuarta manzana, al igual que en la anterior, había la misma variante con respecto a las otras manzanas debido a la intersección de la calle "La Amargura".
a) Por la Barranca, los Bonilla Alix, (Agustín, contable de comercio, su esposa doña Olivia era hija de Juan Antonio Alix, el Cantor del Yaque. Los Andino, (Marcelino, Linguista y poeta de mente ágil y pronta para la sátira y el epigrama y sonetista delicado. Profesor de Segunda Enseñanza en el Colegio Superior de Señoritas, en la Escuela Normal y más tarde en la de Bachilleres en Ciencias y Letras) y los Acevedo, (Paula); fábrica de tabacos de Agustín Acevedo, Diputado al Congreso Nacional; Los Carreras, (José -Pepe- contable de comercio); Los Gómez-Zaleta, (Pedro Antonio-Tieco); los Zaleta Reyna (Neno, Director de la Escuela San Antonio en el barrio del mismo nombre); Los Saleta Pichardo, Julio,





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comerciante; Los Bonnelly García, (Arístides), comerciante; un solar yermo y la Fábrica de cigarros LA ANACAONA, (convertida después también en fábrica de cigarrillos LA
BANDERA, bajo la gerencia del venezolano Sr.R. y Navas); la Caja de Ahorros y compra de Oro en polvo procedente de los lavaderos del Yaque y del Inoa, todo, propiedad de José Tolentino hasta "Los Portales" inclusive y todo el lado de esta calle hasta "La Amargura".
b) En los tempranos años del 1900 no existían establecimientos Bancarios.
En la Caja de Ahorros de don José Tolentino depositaban sus ahorros los artesanos y gran parte de las gentes del pueblo. (lavanderas, cocineras, bandejeras, etc.)
c) Por esta última calle hacia arriba los Creuets (José, Sastre): los Mena, (doña Nenita Vda., carbonizada por manos criminales una noche hacia las 11 en 1906.) Según se decía, los autores fueron unos ladrones que habían robado en la Caja de Ahorros del Sr. Tolentino y se escapaban, saltando por el patio de la occisa; y por temor a ser luego identificados por ella, que a esa hora había salido al patio alumbrandose con una lamparita de gas, la aturdieron de un palo la regaron con el gas de la lámpara y le dieron fuego, sin que trascendiera hasta ya consumado el hecho. Ella tenía una frutería, a cuya explanada ante a la Iglesia Mayor concurriríamos por veintenas durante las primas noches del plenilunio, niños y adultos, para consumir toda clase de ricas frutas y dulces amelcochados y de pastas.

En la casa contigua a doña Nenita estaban, el taller del escultor de imágenes religiosas vaciadas en yeso, Pedro Stéffani; la residencia de Figueroa y la de Evaristo, octogenarios ayudantes del Sacristán de la Mayor; los Feliú Soto, (Miguel A. oficial del Estado Civil de una de las Circunscripciones de Santiago. Los Mercado Bonnelly (Chucho); los Liz y Salcedo, (Prebísteros Santiago y Honorio, y hermanas Nestolina y Fefa); en la esquina con la calle 30 de Marzo, y por esta calle, los Petitón (Niñita Vda. (Fiquica) y su hija Ninfodora).

d) Los hermanos Honorio y Santiago Liz y Salcedo eran dos Sacerdotes, el primero de formas y temperamento bastante severo, irreductible en sus convicciones, aunque ajeno de pasiones especialmente en el campo de la política.
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Por la inflexibilidad de su carácter escenificó en la puerta de su morada situada en la referida esquina "30 de Marzo" y "Amargura" un pequeño incidente con la autoridad pública, durante la madrugada siguiente al ajusticiamiento del Presidente Heureaux, cuando fueron a solicitarle la llave de la Iglesia para excavar la fosa donde sepultaron su cadáver. Entendía el Sacerdote que no le competía como encargado interino de la parroquia en aquellos días, otorgar el correspondiente permiso, negándose a pesar de las reiteradas insistencias de la autoridad gubernamental a entregar la llave. El asunto pudo según se dice degenerar en violencia, cuando advertido de lo ocurrido el otro hermano Sacerdote alargó una mano y entregó dicha llave zanjando oportunamente las diferencias entre la razón y la fuerza.
31.- La Manzana de la Iglesia Mayor. - En cuyo campanario se hallaban unas seis o siete campanas fijas y ninguna ligera (esquila) de la que hay en la Catedral de Santo Domingo, movida por contra peso aunque las había también grandes y pequeñas; suspendidas todas de una torre de enormes maderos, distribuidas en diferentes niveles y entre espacios vacíos en la dicha torre, como seguro indicio de que aquello fueran los restos de un Carillón.
Tal se decía, y parecían confirmarlo, los restos también de un mueble carcomido en un rincón del tercero o cuarto piso de dicho Campanario, que parecía parte de teclas y veretas. Por los tramos vacíos en la torre, se pensaba en un mayor número de campanas que las que quedaban para la década.
En buen uso se hallaban, la más grande y pesada del "SANTISIMO SACRAMENTO", nombre inscrito en alto relieve con los símbolos de la Eucaristía; con sonido de intensa, clara, limpia y larga, sostenida sonoridad; y entre otras, la de "N. S. de las Mercedes". Algunas de aquellas campanas estaban quebradas, según se decía, debido a fenómenos de resonancia y no por malos tratos. Las de los cuatro templos católicos, (incluída entonces la desaparecida iglesia de N. Sra. del Carmen), parecían haber sido fundidas adrede con tan diferentes y particulares tonos, que muy fácilmente se identificaban desde lejos oyéndolas sonar. A causa de la reducida extensión de la ciudad y de la ausencia de ruidos como los que se producen en la vida moderna, las

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